Ataque en el instituto Joan Fuster de Barcelona. Colaboración con el diario El País

Captura de pantalla 2015-04-20 a las 23.36.24La vida de decenas de menores del instituto barcelonés Joan Fuster estará marcada ya, en menor o mayor medida, para siempre. El recuerdo del ataque de un chico de 13 años con una ballesta y un puñal, que ha causado la muerte de un profesor y ha dejado heridas a otras cuatro personas —entre ellos, dos alumnos—, condicionará su día a día en los próximos meses. Romperá su cotidianeidad. «Porque una situación así no se olvida. Por eso, no se puede plantear como objetivo terapéutico que los chavales se olviden de ello. Hay que trabajar para que lo integren», resalta Silvia Álava, psicóloga especializada en el tratamiento de adolescentes, que explica en qué dirección se debe trabajar ahora con estos jóvenes: «Hay que reunirles para que hablen del tema, para que planteen sus dudas, para que cuenten sus miedos».

En esa tesis incide Javier Urra, psicólogo forense y exdefensor del Menor en la Comunidad de Madrid: «Se les debe reunir en grupo para que expresen lo que sienten. Para dejarles hablar. De todo: también de qué creen ellos que ha causado el ataque. Si el odio, el entorno familiar…». En ese círculo de confianza, según los expertos, las reacciones de los jóvenes serán muy distintas. «Habrá quien comente mucho, quien llore mucho… Porque este incidente ha sido un shock. Aquí no caben medias tintas. Es un caso traumático por lo inesperado y por la gravedad. Van a sufrir todos. Y puede haber chicos que generalicen el miedo», remacha Urra, que recalca cómo el equipo de psicólogos deberá estar atento a si alguno de los chicos banaliza lo ocurrido.

Los especialistas tendrán que observarlos de cerca. «A los chicos que puedan ser más vulnerables y que lo estén pasando peor a nivel emocional. Pero, también, a aquellos a los que esta acción pueda parecerles algo loable», recalca Álava. «Dada la edad, hay que incidir en hacerles conscientes de la gravedad del hecho, para que nunca lo vean como algo a imitar», remacha la psicóloga. En ese sentido, el sindicato de profesores ANPE pide prudencia para que el suceso de Barcelona, un «caso absolutamente novedoso y aislado», no se sobredimensione socialmente. «No debe servir para que salten las alarmas, aunque sí para reflexionar y continuar trabajando con más determinación en la prevención y detección de la violencia en los centros escolares», apunta el colectivo. Sigue leyendo

«Sí, soy una gritona y no sé cómo remediarlo» colaboración con la revista Ser Padres

Os adjunto el enlace a la colaboración realizada para la revista Ser Pardres:

Antídoto pre-alaridoEsa sensación de estar continuamente desgañitándote, de valerse del decibelio para llamar la atención de tus hijos sin que sirva de nada más que para sentirse terriblemente culpable después… Muchas madres (más de las que lo reconocen abiertamente) vivimos esta situación casi a diario. Te contamos: A) por qué no pasa nada por alzar la voz de vez en cuando, y B) cómo poner en marcha otras estrategias menos sonoras pero más efectivas para lograr que te hagan caso.

Pincha en el enlace para abrir el archivo en pdf con el artículo: Sí soy una gritona_Revista Ser Padres_Silvia Alava

FUENTE: revista Ser Padres

Clases para el desarollo de la Inteligencia Emocional: «la extinción». Vídeo de la Aventura Gomins

Inaguramos con Aroa Caminero una serie de videos, producidos para la comunidad del Videojuego Gomins, en los que diversos profesionales del Centro de Psicologóa Álava Reyes pretendemos explicar algunos condeptos clave que ayudarán a mejorar la inteligencia emocional de nuestro hijo.

En este caso Aroa nos exlica en qué consiste la extinción y cómo podemos aplicarla a nuestros hijos.

Cómo afrontar los problemas que han destapado las vacaciones (II). Colaboración de Mila Cahue y Silvia Álava para el diario ABC

Consejos para afrontar la vuelta de vacaciones con optimismo:

Padres hoy. Entre el Yugo de sus padres y la tiranía de sus hijos. Entrevista de Ángel Peralbo para «Te cuidamos», de Mapfre

Os adjunto la colaboración de Ángel Peralbo para «Te Cuidamos» de Mapfre:

En los últimos años ha aumentado el perfil de hijo duro que exige y tiraniza a sus padres. ¿Cómo deben actuar hoy los padres ante situaciones parecidas? ¿Qué hacer ante adolescentes caprichosos que frente a todo pronóstico llegan incluso a amenazar o agredir a sus padres? Sepamos cómo abordar estos momentos y reconducir para bien la convivencia entre padres e hijos adolescentes.

Pinchar aquí para ver el pdf con el reportaje completo

FUENTE: Te Cuidamos. Mapfre

«Celos entre hermanos», colaboración realizada para la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA)

Os adjunto la última colaboración rezlizada para la CEAPA, en formato vídeo y con consejos sobre cómo evitar o disminuir los celos entre hermanos/as.
También participa en este vídeo Beatriz Vega, Coordinadora del área de familias de FEAPS, que nos habla de cómo evitar los celos entre hermanos o hermanas cuando uno de ellos tiene alguna discapacidad.

Celos entre hermanos/as from Roberto Monseco Montes on Vimeo. Una producción de Lynx vídeo S.L. para CEAPA.

El 75% de los trabajadores dice no sentirse feliz con su situación laboral. Vía aprendemas.com

trabajo-aumentan-enfermedad-arterial-coronaria_TINIMA20130513_1011_5Levantarse todas las mañanas para ir a la oficina no es plato de gusto para la mayoría de los trabajadores. Y es que según una encuesta realizada por Trabajando.com entre más de 2.500 personas, el 75% de los profesionales asegura no sentirse feliz con su trabajo. (Ver cursos inteligencia emocional)

El 25% restante pueden considerarse unos afortunados a juzgar por las estadísticas. En este pequeño grupo, los trabajadores no tienen razón alguna para quejarse porque les apasiona su trabajo (30%), disfrutan de un buen clima laboral (18%), puede innovar y aportar nuevas ideas (12%) y su empresa les valora (11%).

Sin embargo, la gran mayoría de los trabajadores no tiene la misma suerte y su infelicidad laboral se debe principalmente a que no tiene un buen salario ni contrato laboral (24%), su trabajo no le apasiona (13%), no goza de un buen ambiente y tampoco tiene posibilidades de ascender (12%). El resto de las causas son la remuneración, la falta de valoración por parte de la empresa, los jefes y la imposibilidad de innovar y aportar nuevas ideas. A pesar de ello, el 68% de los encuestados por Trabajando.com dijo que sentía que su trabajo era fundamental para la empresa, mientras que un 32% señaló lo contrario.

¿Y cómo es el lugar ideal para trabajar? Aquel donde hay confianza en los jefes, orgullo por la empresa, donde cada uno entrega lo mejor de sí y se trabaja en equipo en un ambiente de confianza, según Great Place to Work®

Trabajadores estresados

En todo ello tiene mucho que ver el estrés. De hecho, el 67% de los encuestados asegurar sufrirlo. Resulta cada vez más difícil poder conciliar, se reduce el tiempo que se dedica a la familia, amigos u otras actividades y se incrementa el número de horas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés “es una enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vías de desarrollo, que perjudica la producción al afectar la salud física y mental de los trabajadores”.

Otro de los resultados llamativos de la encuesta es que un 47% aseguró no saber realmente cuáles son los objetivos y metas de su empresa. Asimismo, un 32% reconoció estar tan desmotivado que ya nada podía hacer por cambiar la situación.

“Es evidente que la satisfacción laboral está estrechamente relacionada con la calidad de vida en el trabajo y esto, al final, tiene impacto en todos los aspectos de la vida de las personas. Alguien que no se sienta a gusto en su empresa, buscará nuevas oportunidades laborales”, destaca Javier Caparrós, director general de Trabajando.com España.

Caparrós agrega: “Aunque los datos que revela esta encuesta no son favorables, la satisfacción laboral no es sólo una responsabilidad de las empresas, sino que requiere de la participación activa de los trabajadores, sobre todo mantener una conducta proactiva y buena disposición”.

Cuando los niños muerden, colaboración con el diario ABC

Os adjunto la colaboración realizada con M.J. Pérez-Barco para el diario ABC;

Niños que muerden ABC - Silvia ÁlavaLa expulsión de un niño de 15 meses durante una semana de una guardería municipal de la localidad de Benejúzar (Alicante) por morder a sus compañeros ha despertado la preocupación de muchos padres que han visto reflejada la misma conducta que siguen sus propios hijos. El mal hábito de morder a los demás, ya sean adultos u otros niños, es muy habitual entre los pequeños de uno a tres años. «Evolutivamente hablando morder es algo normal a esas edades. No podemos pensar que el niño que muerde tiene una patología o un problema severo. Es como una estrategia de defensa cuando otro niño le coge su juguete o tiene algo que él quiere», afirma la psicóloga Silvia Álava, directora del área de infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Pero, sin duda, aunque se trate de una reacción calificada por los expertos como «normal», no hay que dejarla pasar.

A esas edades, los niños comienzan a socializarse, a relacionarse con sus iguales, pero todavía no tienen un lenguaje ni habilidades suficientes para comunicarse. Muerden cuando quieren llamar la atención o conseguir algo, cuando están nerviosos o se frustran, cuando imitan a otros niños que también lo hacen… «Todavía no han aprendido otras estrategias para reclamar lo que quieren o para convencer a otro niño o a un adulto de su propósito», señala Silvia Álava.

Como reacción

Es decir, los niños pequeños muerden porque no saben resolver todavía muchas situaciones. «Suele ser una reacción a algo. Es muy raro que un niño pegue o muerda porque se aburre. Normalmente lo hace porque le han empujado involuntariamente, le han quitado un juguete, algo le molesta… Y la inmensa mayoría de ellos deja de morder cuando descubren otras formas no violentas de resolver sus conflictos», explica el pediatra Carlos González (autor del libro «Bésame mucho»).

“Es una forma de agresión, como pegar o patalear”

Morder no deja de ser una forma de agresión, «igual que pegar, golpear, dar un empujón o patalear…», dice el pediatra. Y al fin y al cabo todas las personas tienen sentimientos de agresividad. ¿Por qué no los más pequeños? Los adultos solo han aprendido a controlar esas conductas. Y eso, es lo que los padres debemos enseñar a nuestros hijos ante cualquier reacción agresiva. «Hay niños que criándolos con infinito cariño y dulzura pueden morder —explica el pediatra—. De lo que no cabe duda es que si unos padres crían a su hijo a base de golpes y gritos, es más fácil que ese niño también golpee y muerda».

Existe una norma que recomiendan los expertos para corregir estos comportamientos y que los niños entienden a esas edades: decirle «no morder». Quizá sea necesario repetírselo más de una, dos y tres veces. «Si además le enseñamos otras estrategias como empezar a pedir las cosas o a esperar cuando quiere algo que tiene otro niño, estaremos favoreciendo su integración social», afirma la psicóloga Silvia Álava, que aconseja también observar al pequeño, cuándo se da esa conducta, con quién, qué estaba haciendo…

“Nunca hay que pegarle, gritarle o castigarle”

Para el pediatra Carlos González es muy importante «proteger a la víctima y que los padres le pidan perdón, porque el niño de dos años que ha mordido no tiene capacidad de pedir perdón o está enfadado y no lo hace. Tampoco debemos tener miedo a separar al niño que muerde a otro lugar, ni a reñirle delante de las demás madres. Siempre hay que vigilarlo y, sobre todo, nunca pegarle, gritarle o castigarle».

FUENTE: diario ABC

Rebeldía en la adolescencia

Cambios en la pubertad - Diario El Confidencial - Silvia ÁlavaDedicaremos estas semanas a hablar de los adolescentes, que es un tema que se ha tratado poco en el blog:

¿Qué significa ser auténtico en la adolescencia? ¿Es una sensación diferente a la que se pueda tener en la madurez?

Cuando los niños llegan a la pubertad, biológicamente se produce un estallido de reacciones  endocrinas, que no sólo conllevan un aumento de los órganos sexuales, (llegada de la menstruación y desarrollo mamario en las chicas, y producción de esperma y  aumento de la pilosidad en los chicos),  sino que además producen  un cambio en todas las relaciones del niño consigo mismo y  con su entorno. Las hormonas van a adquirir un gran protagonismo, de tal forma que en muchas ocasiones serán las que tomen las riendas de su  comportamiento. El adolescente se siente confundido y en muchas ocasiones,  aunque parece haber asimilado los cambios físicos producidos en su cuerpo, no es capaz de controlar los desajustes hormonales propios de esta etapa; incluso puede llegar a sentir que ser auténtico es dejarse llevar por lo que te apetece, por lo que “te pide el cuerpo”, sin pararse a pensar las en las consecuencias que pueden tener determinadas conductas.

Por el contrario, ser auténtico en la edad adulta, aunque aún puede estar unido con la idea de hacer lo que uno quiere, significa alcanzar la madurez que te permite ser uno mismo, sin manipulaciones ni condicionantes externos. Los adultos soñamos con tener más capacidad de autocontrol y gobernar nuestras vidas; queremos enfrentarnos tal y como nosotros deseamos a las distintas situaciones que vivimos, intentamos alcanzar nuestras metas, las nuestras, no las que otros pueden tratar de imponernos. Esas metas en las que creemos, con las que nos identificamos y por las que luchamos.

De niñas a Malotas, nuevo libro de Ángel Peralbo

De niñas a malotas Ángel PeralboDe niñas a malotas es un libro que refleja con acierto y profundo conocimiento cuál es la realidad de las chicas adolescentes hoy y, también, cómo afrontan sus padres ese momento tan difícil de sus «princesas». Ellas, entre la búsqueda de libertad y la inseguridad; sus progenitores, entre el amor incondicional y el desconcierto.

Ángel Peralbo, psicólogo especializado en adolescencia y autor de El adolescente indomable –del que se han vendido 10.000 ejemplares−, explica por qué muchas jóvenes no son dueñas de sus vidas, aunque parezca lo contrario; qué las lleva a tener prisas por crecer; qué hace que se sientan incomprendidas; cómo manejan las turbulentas relaciones con sus amigas o sus conflictos con su propia imagen; cuáles son los peligros en su tiempo de ocio; por qué caen en las redes de una pareja tóxica que sigue patrones de antaño…

Todas estas cuestiones y muchas más en una obra imprescindible para comprender y poder ayudar a su hija adolescente, y aprovechar la oportunidad que nos da la adolescencia para garantizar que tenga una autoestima adecuada.